Boris Bernal Mansilla
Al parecer el Gobierno Boliviano abandono por completo el discurso ambientalista y anticapitalista, el cual utilizo a lo largo de su gestión gubernamental.
Desde el 2011 por deseo e interés de Evo Morales, su administración viene realizando gestiones y negociaciones para que el Rally Dakar incluya al salar de Uyuni en su recorrido.
Es así, que pasado lunes 7 de enero los ministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y de Culturas, Pablo Groux, informaron en rueda de prensa que Bolivia ha pedido el apoyo de Perú y Argentina para que un corredor del territorio boliviano sea incluido en la ruta del Rally Dakar 2014 porque ese respaldo es una condición de los organizadores del torneo para considerar su petición.
Quintana y Groux informaron también que lograron reunirse con Etienne Lavigne y Gregory Murac de la empresa francesa ASO (Amaury Sport Organisation) organizadores de la carrera quienes pidieron a Bolivia un pago de cuatro millones de dólares para gastos operativos y además garantizar, un aeropuerto internacional, condiciones impecables de aduana, migraciones y seguridad en el lugar por donde podría pasar la competencia. Al respecto el ministro Quintana consideró que la suma de cuatro millones es una "cifra modesta y factible"[1].
¿Todo este afán será coherente con todo lo que viene predicando durante años el gobierno de Evo Morales?
Lejos de traer réditos a los países anfitriones el Rally Dakar no es más que un millonario Show publicitario de enormes empresas transnacionales quienes hacen ostentación y derroche de su bestialidad mercantil.
Recordemos que el Rally Dakar originalmente se llamaba “Paris – Dakar”; fue Durante la edición del año 2005, que organizaciones no gubernamentales, ecologistas y sindicales, suscribieron un manifiesto pidiendo la supresión del rally, al que tachaban de: “rodeo publicitario en el continente de la pobreza y criticaban la utilización de África, destrozada por el SIDA, el hambre y el endeudamiento, como terreno de juego”[2]. Esta acción consiguió que en el año 2008 el rally Dakar sea suspendido.
El 2009 los organizadores del rally logran introducir esta competición en los países americanos de Argentina y Chile, ese mismo año la organización Ecologistas en acción manifestó su posición en contra de la competencia por los numerosos impactos ambientales que ocasiona, entre ellos la contaminación atmosférica y acústica, la erosión del suelo y el efecto perturbador producido por ruido y luces sobre la fauna silvestre: “promocionar vehículos todo-terreno vinculando su imagen con la “aventura” y el “descubrimiento” de la naturaleza “es de una gran irresponsabilidad” y supone un desprecio hacia los principales problemas en los que se encuentra inmersa la humanidad, entre los que destaca el cambio climático y la escasez de combustibles fósiles”[3].
Por último, es alarmante la cantidad de muertes que ha dejado esta carrera no solo de los competidores, sino de personas y sobre todo niños atropellados por los vehículos a lo largo del recorrido del rally.
Solo se puede concluir indignado luego de revisar el porcentaje mayor de negatividades que trae consigo el famoso circo publicitario Rally Dakar.
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